DEL
AMOR A LAS LETRAS
Detrás de las actuaciones de cada uno
de los actores que personifican una historia, un buen guion no es lo más
impactante, sino la profundidad del mensaje que queda plasmado en el corazón de
quien observa, aquello que no te permite un instante despegarte de la pantalla,
sobre todo cuando de pronto surge algo inesperado que te asombra. En las
historias románticas esperas el conmovedor desenlace que comúnmente se presenta,
pero pocas veces te encuentras con un amor atado a la lectura y el valor a los
libros enlazado a ese amor. Un libro puede para algunos no significar mucho,
pero en verdad un libro es la vida y pensamiento de una persona, un libro
representa los anhelos y vivencias de alguien, pero también un libro es una
pieza de formación que no se pierde en el tiempo, sino que perdura. Tras
cada letra plasmada, un escritor define pensamientos, sentimientos, emociones,
caracteres, ideas, formas, rasgos, en fin.
“Un
libro es vida.”
Cuando pensamos en amor, no relacionamos
la palabra precisamente a un libro, sin embargo, la lectura es una pasión que
se comparte, es una relación que nace entre el autor que escribe, el editor que
compila y construye la obra y el lector que disfruta la lectura. Muchas veces
son los libros un escape de situaciones emocionales, pues a través de la
narrativa infunden libertad en medio de tormentas.
Escribir un libro es un intenso esfuerzo
que complace al escritor en cada palabra que cobra forma, desde las correcciones,
hasta el emotivo lanzamiento donde el autor expresa su agradecimiento por poder
terminar su obra y darla a conocer. Como toda la vida he escrito, me siento identificada
con muchos autores, puedo comprender que el ardor que existe en un corazón que
escribe se expresa tras líneas que solo buscan llenar a otros. Nadie escribe
para sí mismo, los escritos son hechos para ser compartidos y que puedan
impactar vidas, ya sea de risas, de ansias, de penas, nostalgias o aprendizaje.
cuando iniciamos los años de preparación inicial siempre fuimos acompañados de los
libros, al prepararnos profesionalmente nos acompañaron los libros, en todo el
desarrollo de nuestra vida necesitamos libros para actualizarnos, llenarnos de
conocimiento y llegando a la vejez muchas veces son los únicos compañeros.
Un amor no solo se define por caricias y
besos, un amor se establece en las profundidades de lo íntimo, donde se
comprende al otro sin la necesidad de muchas palabras, al leer las páginas de
un libro descubrimos el contenido, como descubrir una persona, al ir avanzando
en la lectura nos vamos enamorando y queremos seguir leyendo, llega un momento
que debemos volver atrás, porque perdimos el rumbo, entonces volver a iniciar
el viaje nos permite darnos cuenta de pronto que existían oraciones que no habíamos
descubierto en la primera lectura, porque nadie se conoce a fondo en un
principio, es necesario pasar página por página, hasta llegar al final.
La confianza de amar y seguir amando nos
muestra que cada palabra escrita nos va agradando más y más y eso nos lleva a
continuar la lectura. cada día descubrimos lo profundo del escritor y nos
adentramos en el sentir de sus letras. de pronto creemos que conocemos el libro
porque ya lo hemos leído completamente, pero nuestras vidas nos muestran que vamos
cambiando conforme vamos leyendo, porque siempre el libro permanecerá
igual, pero nosotros cambiamos, es entonces cuando nos damos cuenta que aquello
que tanto conocíamos nos puede sorprender de pronto, y lo que creemos que
cambio no fue el escritor sino el corazón del lector.
La mayoría de las personas alguna vez han leído
al menos un libro, encontrarse con este orden de ideas seguro que en su momento
provoco algo en su vida, aunque no lo recuerde, porque un escritor escribe y
vive a través de sus letras, siempre esperando que alguien levante de pronto la
cubierta e inicie el viaje por sus capítulos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario