2020, llegaste como
todos los años acompañado de luces, fiestas y esperanza, todos te dimos la
bienvenida confiados que nuestros esfuerzos y sueños trazados se harían realidad, como cada año dimos gracias a
Dios por lo logrado y nos preparamos a recibirte con la mejor de las intenciones. Jamás pensamos que traías en sus manos tantas sorpresas.
Nos emboscaste sin que tuviéramos la oportunidad de cambiar o hacer ajustes en nuestras
vidas, enfocaste tus
tiempos en darnos muestras de un cambio que ni siquiera podíamos entender,
nos encerraste, nos abrumaste, nos desenfocaste, tuvimos que reimplantarnos, pensar como podíamos continuar, y mirar hacia un horizonte
que parecía incierto
y desconocido.
En momentos sentimos que no podíamos continuar, que las fuerzas se perdían y los sueños ya no serían posibles.
El temor se apodero de nosotros
y vimos pasar días largos y
noches tristes, el cielo se cubrió de lagrimas sintiendo en su seno la pena de los que partían sin explicación, mientras las clínicas y hospitales cubiertos de héroes luchaban cada instante por mantener vidas a salvo.
No puedo describir el sentimiento de todos, porque las emociones son tantas en cada
persona y tan diferentes que sería imposible plasmarlas en una hoja de
papel, pero si puedo narrar que cambio mucho mi manera de pensar.
Cuantas personas cambiaste 2020, cuantas huellas dejaste, cuantos pasos
marcaste y recuerdos dejaste.
Pero ¿quién dijo que fuimos derrotados?, ¿quién dijo que estamos perdidos?,
¿quién dijo que perdimos la esperanza?, ¿quién dijo que dejamos de soñar?
Todo lo que conseguiste 2020,
fue mostrarnos que
somos más fuertes
que nada, que podemos ser como el águila que se levanta de las cenizas con un nuevo vuelo.
Todo lo que conseguiste fue darnos la oportunidad de
ver la tierra un poco más sana,
respirar un aire más limpio,
ver un sol más radiante,
las aves más libres,
los mares más sanos. Nos permitiste reinventar, crear,
diseñar, pintar, nos hiciste estrategas de la comunicación, y a pesar de no poder abrasarnos, jamás dejamos de amarnos.
Sabes, aprendí que puedo identificar de una forma más evidente quien es mi amigo, que puedo estudiar y hacer proyectos a través de una pantalla, que se puede crear sin
medir fronteras. Aprendí que podía hacer un trabajo de calidad sin estar presente en una oficina,
que los medios de comunicación e información eran parte de un gran desarrollo que quizás no entendíamos, pero que estaba ahí frente a nosotros, solo había que explorarlo
y sacar el mayor provecho.
Ahora nos preparamos para despedirte 2020, dando gracias a Dios por lo que nos
enseñaste.
Nos preparamos para abrir nuestro corazón a Dios y recibir lo que trae para nosotros.
Nos preparamos con mas fuerza para luchar por
nuestros sueños.
Nos preparamos para crecer, plantar y
cosechar.
Nos preparamos para ver grandes cosas con la esperanza
que serán mayores y mejores que todas las que hayamos visto.
Alzamos nuestros ojos hacia un horizonte nuevo,
con la certeza que la tierra será buena y productiva, llena de leche y miel. Y a
pesar de las luchas, el fruto del esfuerzo del trabajo será la recompensa convertida
en un año mejor.
¡Feliz Año 2021!
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